El Expediente de Regulación Temporal de Empleo, más conocido como ERTE, es una medida de flexibilización laboral que habilita a la empresa para reducir o suspender los contratos de trabajo.
Este procedimiento queda circunscrito a un periodo de tiempo debidamente acotado, a la conclusión del cual la empresa está obligada a recuperar las condiciones contractuales previas a la implementación del ERTE, así como a mantener los puestos de trabajo de los empleados que se han visto afectados.
La aplicación del ERTE queda limitada a circunstancias de fuerza mayor, de ahí que resulte preceptiva la aprobación de un Real Decreto-Ley en el que se reconozcan las situaciones excepcionales en las que resulta lícito recurrir a este mecanismo.
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Tipos de ERTE
Hay dos tipos de ERTE a los que las empresas se pueden acoger según la legislación española:
Erte por reducción de la actividad laboral
La empresa modifica los contratos de los trabajadores para reducir la jornada laboral o el número de días que acuden a trabajar. Puede llevarse a cabo con una reducción mínima del 10% y un ajuste máximo del 70% respecto a la jornada habitual de cada empleado.
Erte por suspensión de la actividad laboral
Es la modalidad más agresiva, al dejar en suspenso el contrato laboral durante cierto periodo de tiempo.
Características comunes
Existen unas características comunes a todos los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE):
- Se suspenden las relaciones laborales (empleo y sueldo).
- Se aplica independientemente del número de trabajadores de la empresa.
- No generan derecho a indemnización ninguna a favor del trabajador.
- El trabajador tendrá derecho a la prestación por desempleo.
No obstante, es importante diferenciar entre el ERTE convencional y la suspensión de contratos y reducciones de jornada derivados por causas de fuerza mayor por coronavirus. En ambos supuestos, el RD-Ley 8/2020, que integra las medidas económicas y laborales del II Plan de Choque, simplifica y reduce los plazos con el fin de agilizar los procedimientos.
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¿Cuál es el tiempo de aplicación del ERTE?
El ERTE por fuerza mayor, como es el caso que nos encotramos ahora por la situación provocada por el Covid-19, se aplica durante el tiempo que dure el estado de alarma (incluidas las prórrogas); mientras que el ERTE convencional puede durar un poco más, por voluntad del empresario o por acuerdo con la Representación Legal de Trabajadores (RLT).
Beneficios del ERTE para empresas y trabajadores
El ERTE es una medida de flexibilización laboral para periodos de crisis y, por ello, puede ser de gran utilidad para superar una situación adversa pero pasajera.
Tanto las compañías como los empleados pueden extraer ciertos beneficios de la aplicación de un ERTE.
Beneficios para las empresas
La empresa reduce considerablemente sus costes laborales durante un periodo de tiempo que, a priori, debería ser suficiente para superar la situación que motivó la aplicación del ERTE.
Así, podría reanudar su actividad pocos meses después y sin haber agotado sus recursos propios. Y al tratarse de situaciones excepcionales y generalmente ajenas a su actividad, ninguna compañía debería perder ventajas competitivas o ver dañada su posición en el mercado, salvo por la pérdida adquisitiva de la sociedad en una situación crítica.
Beneficios para los trabajadores
La ventaja más evidente para los empleados es que sortean el despido y cuentan con el compromiso legal de la empresa de volver a incorporarlos a sus puestos de trabajo cuando se dé por superadas las causas de fuerza mayor que justifican el ERTE.
Además, las prestaciones que reciben durante este periodo de inactividad suponen una parte importante del salario habitual, entre el 70% y el 75%, y no les perjudican de cara a solicitar la prestación por desempleo en el futuro.
A su vez, se garantiza a los empleados que hayan sido mandados al ERTE no podrán ser despedidos durante los seis meses posteriores al volver a su puesto.
Si la empresa decide hacerlo, tendrá que pagar todo lo que se había ahorrado en cotizaciones a la Seguridad Social. Se asegura la continuidad de los trabajadores.
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