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Trabajar por cuenta propia es una opción estupenda para quienes desean tener más control sobre su vida laboral. Tendrás libertad para establecer tus propias normas, trabajar desde casa e incluso tomarte días libres cuando quieras.

Pero ser autónomo también significa que eres responsable de tu propio éxito y fracaso. Si está pensando en pasar de un empleo tradicional a trabajar por cuenta propia, siga leyendo para conocer algunos de los pros y los contras de cada uno:

Empezar a ser autónomo es fácil

Ser autónomo es fácil. Hay muchos recursos disponibles para ayudarle a empezar, y el proceso de crear su empresa puede hacerse con poco dinero. Para convertirte en autónomo o contratista independiente, empieza por obtener una licencia comercial y registrar tus marcas y derechos de autor.

Si ya tienes un negocio familiar que quieres ampliar, ésta también es una opción para ti. Necesitarás algo más de papeleo y formación antes de emprender este camino, pero al final merecerá la pena.

No tendrás que seguir un código de vestimenta.

Por tanto, no tendrá que seguir un código de vestimenta. Esto puede ser una gran ventaja para algunas personas. Si no te gusta vestir elegante para ir a trabajar, ¡ésta es la opción perfecta para ti! Puedes ponerte lo que te haga sentir cómodo y bien contigo mismo.

Puedes teletrabajar

Trabajar desde casa es genial porque puedes hacerlo en pijama y escuchar música si quieres, pero eso no es todo.

  • Puedes tomarte descansos siempre que quieras. Si llama un cliente y te pide algo urgente, o si el bebé necesita algo, o tu perro se ha vuelto a escapar, o el cartero acaba de dejar unos catálogos muy interesantes… ¡lo que sea! Puedes levantarte de la mesa y ocuparte de esas cosas sin preocuparte de si perjudicará o no a tu productividad.
  • Lo mismo ocurre con el trabajo en general: tienes más control sobre cuándo y dónde trabajas. No tienes que preocuparte de ponerte ropa de trabajo cada mañana; en lugar de ir a una oficina con otras personas alrededor que pueden ser más productivas (o menos productivas) que tú, los trabajadores autónomos deciden cuánto tiempo quieren dedicar a su trabajo cada día basándose totalmente en ellos mismos: ¡es como tener un equipo entero en el que cada uno puede tener su propio estilo de productividad!

Puedes coger tantos días de vacaciones como quieras.

Puede coger tantos días de vacaciones como quiera. Si quiere, puede cogerlos todos a la vez. Puedes cogerlas cuando quieras y durante el tiempo que te apetezca.

El único requisito es que sea un día no laborable para otra persona, por lo que no hay que preocuparse de programar los días en función del horario de otra persona o de que te cubran mientras estás fuera: es un buffet libre de días de vacaciones sin que nadie te diga cuándo caducan o cuántos grisines más vas a necesitar después de la primera ronda.

Podrás poner tus propias reglas.

Podrás establecer tus propias normas.

Puedes decidir cuánto quieres trabajar y cuándo quieres tomarte tiempo libre, ya sea una semana en verano o tres en invierno.

También puedes decidir qué tipo de trabajo quieres: ¿Quieres un trabajo a tiempo completo? ¿A tiempo parcial? ¿O prefiere trabajar de forma independiente con sus propios clientes?

Puede decidir qué tipo de proyectos o intereses laborales tiene, y luego perseguir esos intereses ofreciendo servicios según las necesidades. Por ejemplo, si me interesa el diseño gráfico pero solo tengo dinero suficiente para un viejo iMac de Craigslist (que todos sabemos que en realidad no es tan caro), entonces puedo ofrecer mis servicios como diseñador independiente que trabaja a tiempo parcial en la cafetería local hasta que haya ahorrado suficiente dinero para un equipo mejor, como Adobe Creative Cloud.

Tendrás un potencial de ingresos ilimitado.

Lo mejor de ser autónomo es que puedes ganar tanto como quieras. Incluso puedes ganar más dinero que con un trabajo tradicional. Esto puede ser especialmente emocionante para quienes buscan aumentar su sueldo, o para las personas a las que les apasiona lo que hacen y quieren dedicarse a su pasión a tiempo completo.

También tendrás la libertad de elegir tu propio horario, lo que significa que si tienes hijos u obligaciones familiares, no tendrás que preocuparte por perderte la obra del colegio porque coincida con tu horario.

Además, ser autónomo te da control sobre tu trayectoria profesional: Cuanto más sube alguien en la escala del éxito laboral, menos probable parece que deje su trabajo voluntariamente (aunque lo odie). Pero cuando se trabaja por cuenta propia, ¡no hay límites en cuanto al rango o la escala salarial a la que se puede llegar!

Por último, y quizá lo más importante, el trabajo por cuenta propia no sólo nos permite decidir cuánto ganamos al año, sino también si queremos que nuestros ingresos se repartan a partes iguales entre nosotros y nuestro cónyuge o pareja, sin que el Tío Sam nos devuelva la mitad a través de los impuestos.

Trabajar por cuenta propia no da mucha seguridad laboral.

  • Tienes que ser un experto en tu campo.
  • También tienes que ser un experto en tu negocio.
  • Tienes que saber promocionarte y promocionar tus servicios o productos, y esto puede ser difícil si no eres muy conocido en tu sector.
  • Si no sabes gestionar las finanzas, también tendrás problemas como autónomo. Gestionar las finanzas significa ser capaz de ser solvente (pagar las facturas a tiempo) y tener suficiente dinero al final de cada mes para ahorrar (o gastar más de lo que ganas). También significa ser responsable con las tarjetas de crédito y los préstamos: no pedir más de lo necesario para la propia empresa; ser capaz de devolver esas deudas a tiempo; saber qué facturas deben tener prioridad sobre otras; etc.

Es difícil saber cuándo estás trabajando y cuándo no.

Puedes pensar que estás trabajando cuando estás sentado en el sofá viendo la tele. Pero si un cliente te envía un correo electrónico o te llama para hacerte una pregunta, de repente todo vuelve a ser trabajo, y puede que la única forma de terminar el trabajo sea seguir trabajando hasta que el cliente quede satisfecho.

También puedes encontrarte trabajando horas extra cuando las cosas van despacio (o cuando las ventas bajan). Por supuesto, algunos autónomos prefieren esta modalidad porque les permite una mayor flexibilidad en su tiempo personal; otros se sienten atrapados por ella.

Tienes que ser un experto en tu trabajo y en tu negocio.

Una de las mayores diferencias entre el trabajo por cuenta propia y un empleo normal es que tienes que ser un experto en tu trabajo y en tu empresa. Cuando una persona trabaja por cuenta ajena, no se espera que lo sepa todo sobre los productos o servicios de la empresa. Al fin y al cabo, para eso está su jefe. Pero cuando se trata de trabajar por cuenta propia, no hay nadie más que tú para asegurarse de que las cosas funcionan bien, e incluso si hubiera otras personas para ayudar (como socios), seguiría recayendo en ti como propietario/fundador/jefe/etc., no sólo en un subordinado con un título delante de su nombre: «Subdirector» o algo así.

Tienes que saber cómo funcionan las cosas a todos los niveles, desde el funcionamiento independiente de cada departamento (como el de marketing) hasta las tareas individuales (como el diseño de los materiales de venta). Pero lo más importante es que entiendas tan bien todos los aspectos de tu modelo de negocio que, si alguien te pregunta por qué algo se ha hecho de una determinada manera y no de otra… ¡tendrás la respuesta preparada!

No obstante, en la medida de lo posible, intenta no pensar demasiado en estas cosas ahora mismo; en lugar de eso, céntrate en establecer pequeños proyectos dentro de tu nueva función para que mañana por la mañana estemos listos para nuestra primera gran reunión juntos.

Ser autónomo tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes.

Si estás pensando en trabajar por tu cuenta, esto es lo que debes saber:

  • Eres tu propio jefe. Eso está muy bien, pero también significa que no hay nadie más encargado de que tu trabajo se haga. Si un cliente necesita algo para ayer y hoy es sábado, bueno…
  • Eres responsable de todo lo que ocurre en tu empresa. Todo, desde la contabilidad hasta el marketing y las ventas, debe ser gestionado por ti personalmente. Y déjame decirte que son muchas cosas.
  • Los impuestos ya son bastante complicados para un trabajador por cuenta ajena, pero mucho más para un autónomo. Dedica un tiempo al día o a la semana (o al año) a controlarlos para que no te sorprendan más adelante.

Conclusión

Así que, si está pensando en hacerse autónomo, no deje que estas desventajas le asusten. Tener tu propio negocio puede ser una experiencia gratificante y satisfactoria. Solo tienes que asegurarte de que estás preparado para todo el trabajo que conlleva.